Redacción 1 | 14 de diciembre de 2017

La miembro de la escuela de Córdoba Olga Vigara, trató sobre en el lema que este año inspira el movimiento: Salir… Sembrar… Cuidar.

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Córdoba (MCC), celebró en la parroquia de La Inmaculada Concepción de La Carlota, su primera Ultreya comarcal.

Tal y como explican desde Cursillos, “su reflexión nos hizo tomar consciencia de lo necesario que es estar en actitud de salida, partiendo del conocimiento de Jesucristo, sintiéndonos enviados a evangelizar, a tiempo y a destiempo; cuidando y regando la semilla para que crezca; este lema define la llamada a todo cristiano, fermentar de Evangelio nuestros ambientes”.

 “Id por todo el mundo y predicar el Evangelio”, el Señor invita a todos a Salir, con el corazón abierto, con una vida inspirada por las obras de misericordia. El Papa Francisco exhorta constantemente “a dejar nuestra comodidad, nuestra indiferencia hacia los demás y nos invita a ponernos en marcha. Debemos tener el coraje evangélico suficiente para manifestar a Cristo porque, cuando Él tiene su morada en nuestro corazón, nos impulsa a compartirlo con los demás”. En este sentido, desde MCC se insiste en que “tenemos que hacerlo desde la oración y la Eucaristía, sabiendo que es el Señor el que da el primer paso. Tenemos que orar primero para salir y para sembrar y así poder dar su Palabra viva y consoladora. Sembrar el amor de Dios, no haciendo proselitismo, sino escuchando los anhelos y preocupaciones de nuestros hermanos, acompañándolos en su día a día y teniendo como ejemplo al patrón de los Cursillos de Cristiandad: San Pablo”.

Después de escuchar esta reflexión, se expusieron diversos testimonios de otros hermanos sobre su vivencia de Salir, Sembrar y Cuidad. Mientras que para cerrar la tarde eclesial, los miembros de Cursillos participaron en la novena de la Inmaculada de la parroquia y celebraron juntos la Eucaristía del primer domingo de Adviento.

Desde Cursillos se quiere dejar de manifiesto su agradecimiento al equipo sacerdotal de la parroquia y, “cómo no, a Dios nuestro Padre por la jornada de Ultreya vivida ¡DE COLORES!”